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A lo largo de la Historia, científicos, escritores, cineastas, profesores universitarios, todo tipo de estudiosos, han intentado explicar cuál es el funcionamiento de la mente del asesino. Qué factores influyen para transformar a un ciudadano respetable, a una chica estupenda, en una máquina de matar. La verdad es que no han hecho falta muchos textos para explicar el atractivo de la muerte, del asesinato, como fuente de nuestra curiosidad.
La muerte es un misterio que desconocemos y, como tal, nos atrae. De la muerte hablan a diario los medios de comunicación, explotando su contenido morboso para levantar sus audiencias, así como una interminable lista de novelas y películas que han hecho del crimen un “best-seller” continuo.
Según la Biblia, el de Caín y Abel ha sido el primer crimen del que tenemos noticia en nuestro planeta, y esto quiere decir que, el crimen y la civilización van de la mano desde el comienzo de los tiempos. Pero no sólo la Biblia, también la mitología occidental, vincula, por ejemplo, el origen de las ciudades con un crimen atroz, como el perpetrado por Rómulo sobre su hermano Remo durante la fundación de Roma.
El crimen es una acción que destruye lo más valioso que tiene el hombre: la vida, y cuyo resultado, la muerte, es, en principio, algo terrible. Nadie ha regresado del más allá para hacer que nos sintamos optimistas y quitarnos el miedo a lo que sea que sea la muerte. Como en las películas, pasamos parte de nuestra vida tratando de que cada “acto” tenga un argumento, con nudo y desenlace. ¿Y si no hay desenlace, o peor aún, éste no es el esperado? Mejor que volvamos a los crímenes. De todos ellos, son los crímenes sin resolver los que más fascinación y morbo causan en el ser humano.
Considerado el primer asesino en serie, Jack el Destripador ha llegado a convertirse en un género en sí mismo, más todavía se ha transformado en una Época, en un Tiempo. Un siglo largo llevamos dándole vueltas al misterio en torno a Jack, a sus motivaciones. Ahora, ya metidos de lleno en el siglo XXI, el “CSI” podría dar carpetazo al mito, incluso darnos, mediante el ADN, el nombre y apellidos que dejarían al Destripador sin Jack. ¿Queremos saberlo? ¿Preferimos seguir alimentando el misterio?
El 8 de diciembre de 1980, Mark David Chapman planeó minuciosamente pasar a la posteridad. Lo consiguió. Con cinco disparos. Horas antes, John Lennon le había firmado un disco a la entrada del siniestro edificio Dakota de Nueva York, que conozco. (Estuve allí una tarde, con mi amigo el actor Cesare Danova, y os juro que tiene, a la vez, algo de cementerio y tanatorio.) Son esos crímenes, como del de Lennon, los que hacen historia, los que renuevan nuestro asombro y cuya miticidad, inspira algunas de las mejores novelas y películas del género, porque son eso, realidades nacidas para mutarse en páginas o celuloide.
Detrás de la Realidad, ay, están esas mentes que no son criminales, aunque los acogen llenos de júbilo, como el gran Stephen King. Contadores de historias, narradores de miedos, creadores de intrahéroes. Los millones de novelas vendidas por Agatha Christie, millones y millones, son una cifra de ventas solamente equiparable a las de William Shakespeare y la Biblia. Antes de ser escritora, Agatha se introdujo en la novela policiaca leyendo las aventuras de Sherlock Holmes de Conan Doyle. Sherlock, todos los Sherlock, todos los enemigos del crimen, son quienes inspiran “confianza” en el lector. El personaje creado por Doyle, en 1887, me parece que sí ha copado los más altos índices de popularidad, ha sido gracias a ese admirable razonamiento deductivo para resolver casos difíciles, por un lado, pero, sobre todo, por hacernos creer que hay mentes más poderosas que las de los criminales. Esa fue la ruta, y el ejemplo, que siguió Agatha con su Hercules Poirot y Señorita Marple. El lado más “amable” del crimen.
Como todo en esta vida, lo que llamamos Historia es algo que se forja día a día. Lo que hoy es presente, mañana será precisamente Historia. Los crímenes más atroces que conoce ahora nuestro país, como el de Asunta Basterra, podrían ser el argumento de futuras novelas, series televisivas o películas. El cine, la televisión (no se pierdan True Detective), no dejan de ser eso, “historias”. Algunas, terroríficas, las que más nos cautivan, otras, demoniacas, que nunca podemos dejar de ver. En la mayoría de los casos, nos atrae no llegar a entenderlas, pero hay que hacer un esfuerzo. Porque es bueno conocer el mal.
—José Luis Garci.
TOMO I. GRANDES ASESINATOS EN SERIE.
Si en el crimen existe un misterio incitante, es el del caso que no se consigue resolver. Se habla del crimen perfecto, aunque la mayoría de los investigadores opinan que no existe modo de asesinar sin haber dejado rastro y que cuando no se encuentra al criminal, es porque algo se hizo mal, probablemente en el inicio de la investigación.
En algunos de los casos que aquí se presentan existe un sospechoso, pero no hay pruebas concluyentes. En otros, se cree que se produjeron en efecto ciertos fallos de base, que corrompieron pruebas e impidieron una rápida resolución del asunto. Otros, no obstante, dan pie a todo tipo de especulaciones.
Algunos de estos crímenes sin resolver pertenecen a auténticos asesinos en serie, como el Asesino del Torso, el del Zodiaco o del Monstruo de Florencia. ¿Cómo es posible una lista tan larga de asesinatos y que se espacie tanto en el tiempo?
Nos hallamos ante un reto para los investigadores; y la prueba es que muchos de ellos continúan intentando encontrar soluciones para estos crímenes. Es el caso de Julia Wallace, donde todavía nadie ha podido identificar la identidad del asesino, y el de la mítica Dalia Negra, un brutal asesinato que estremeció a Hollywood y cuya resolución sigue pendiente.
Y en el apartado de niños desaparecidos, exponemos dos que ocurrieron en España y en los que cada interrogante se agranda con el paso del tiempo. El niño de Somosierra y el niño pintor de Málaga. ¿Qué fue de ellos? ¿Por qué siguen siendo asuntos que no han encontrado solución?
Sirva esta muestra de casos sin resolver para ilustrar, que el misterio, que lo desconocido, es otra de las caras del crimen.
- Grandes Asesinatos en Serie.
- El Asesino del Torso.
- El Asesino del Zodiaco.
- El Monstruo de Florencia.
- Dos mujeres dos víctimas.
- El caso Wallace.
- El asesinato de Dalia Negra.
- Menores desaparecidos.
- El niño de Somosierra.
- La desaparición del niño pintor de Málaga.
TOMO II. LOS CASOS MÁS IMPACTANTES DEL CRIMEN EN SERIE.
El crimen, como objeto de estudio, pero también como fenómeno social, se encuentra ligado a los grandes nombres con los que se conocen los distintos casos. Como si de una etiqueta reconocible se tratara, al igual que ocurre con una marca comercial, existen grandes historias del crimen que trasladan de inmediato un bloque completo de información a la cabeza del lector con solo nombrar ciertos nombres icónicos. Y esto es algo que tienen en común los episodios que contiene este fascinante volumen.
Si hay un Asesino en Serie conocido y del que no se ha dejado de hablar en más de cien años, ese es Jack the Ripper —Jack el Destripador—, autor de una serie de crímenes cometidos en el distrito londinense de Whitechapel en 1888. Fueron cinco confirmadas, pero hay quien cree que el número de víctimas podría haberse elevado a once. Todavía hoy se suceden las teorías para explicar cómo se produjeron esas sangrientas muertes y, por encima de todo, por hallar la respuesta a la más inquietante de todas las preguntas, ¿Quién fue Jack el Destripador? La lista de aspirantes es inmensa y lejos de acotarse la búsqueda, no deja de crecer la nómina de sospechosos.
Uno de los primeros herederos de Jack, es el llamado Destripador Francés —Joseph Vacher—, un asesino en serie que confesó once crímenes, pero al que después de su ejecución se le asignaron más de treinta muertes. Este psicópata que atacaba a hombres y mujeres en los campos franceses, no se detenía ante nada, apuñalaba, mutilaba, violaba, profanaba y devoraba a las víctimas. Cuando la guillotina acabó con él, los dos mil presentes aplaudieron aquel último día de 1898 en que fue ajusticiado.
Y quédense con este nombre —Gilles de Rais—. Porque, después de la lectura de sus fechorías, no lo olvidarán jamás. Si el crimen tiene un nombre, ese es el suyo. Si la depravación, la voracidad homicida y la psicopatía han sido encarnadas en alguien, fue en este compañero de Juana de Arco que, detrás de su gran devoción religiosa, ocultaba una bestia en mayúsculas. Gilles de Rais, asesino de los niños, es sin duda, el que sirvió para inspirar al personaje de Barba Azul.
Y otro gran caso del crimen, esta vez de los últimos tiempos y aún sin tener una respuesta, es el de Madeleine McCann. ¿Qué paso en 2007 en Praia de Luz, en el Algarve Portugués, donde esta niña Británica desapareció hasta hoy? ¿Fue un secuestro, una muerte involuntaria o accidental que después se ocultó? ¿Qué ha sido de todas las pistas que en estos años se han barajado? ¿Qué papel juegan o han jugado los padres en todo? Repasaremos las grandes incógnitas de este gran caso que sigue arrojando dudas y titulares.
- Jack el Destripador.
- Joseph Vacher, el Destripador Francés.
- Gilles de Rais, el asesino de niños.
- Madeleine McCann.
TOMO III. ASESINAS EN SERIE. EL CRIMEN EN FEMENINO.
La mano del criminal puede ser femenina, como bien comprobaremos en este maravilloso volumen. Ellas no tienen nada que envidiar a los grandes asesinos y de hecho cuentan con un catálogo completo de maneras de asesinar, del que hemos seleccionado algunos grandes casos en los que la mujer es la criminal.
En todas las listas aparece la condesa sangrienta como la mujer que más ha asesinado. Ella se llamaba Elizabeht Báthory y ya no solo es que se le achaquen más de seiscientos crímenes, que sería bastante, sino también el modo en el que se produjeron supuestamente, porque la condesa ansiaba la sangre de sus víctimas, siempre niñas y jóvenes, de nueve a dieciséis años. Buscaba la eterna juventud a través del crimen. No faltan variadas interpretaciones a esta historia.
También el crimen de interés o intención política tiene cabida aquí. Charlote Corday, llamada “el Ángel del Asesinato” asesto una puñalada mortal a Jean-Paul Marat, cambiando acaso el rumbo de la historia, al eliminar al que en ese momento era uno de los hombres fuertes de la Revolución Francesa.
Y qué decir de la Viuda Negra, Belle Gunness, una mujer que se descubrió como una asesina en serie de maridos, pretendientes y hasta de sus propios hijos una vez que se empezó a investigar en su granja, que se había incendiado y donde ella misma murió. ¿O no murió...?
Un libro de crímenes sin maletas, no podía ser. ¿Qué macabro equipaje llevaba Winnie Judd en su carrera hacia el Océano Pacífico?
Y en la historia del crimen no debe faltar una mención al nazismo y a los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial. Como representante de ese horror, nos ocupamos de Irma Grese, la “Hiena de Auschwitz”, que con apenas veinte años se destapó como una asesina en serie, psicópata, criminal, capaz de las peores atrocidades. Será bueno recordar, para evitar, que algo semejante pueda volver a ocurrir.
Es el crimen en femenino, tan sangriento y espectacular como el de los hombres.
- Elizabeth Báthory, la Condesa Sangrienta.
- Charlotte Corday, el Ángel del Asesinato.
- Belle Gunness, la Viuda Negra.
- Winnie Judd, la Asesina de la Maleta.
- Irma Grese, la Hiena de Auschwitz.
TOMO IV. GRANDES CIRMENES EN NUESTRA HISTORIA.
Si el crimen es tan antiguo como la sociedad misma, será posible entonces una recopilación de crímenes que hayan resultado notorios, sea por su importancia y por el influjo que tuvieron en sus sociedades, sea porque marcaron un hito o supusieron una conmoción en disciplinas como la ciencia o la política.
Comenzamos por dos crímenes antiquísimos: de hecho, anteriores a la Historia. Si la Historia es la disciplina que narra los acontecimientos desde que existen registros escritos, los dos primeros crímenes de este impresionante volumen, acaecieron antes de la propia escritura, el crimen más antiguo del que hay constancia, ocurrió en unos montes del actual Irak y el crimen de Ötzi, el Hombre de los Hielos, ¿acaso fue el primer Europeo asesinado? Si, al menos, el primero del que hay pruebas.
Los magnicidios, como es lógico, se extienden por casi todo este lujoso volumen. Ramsés III, Julio César, Claudio... A veces, como en los casos de Lincoln y Kennedy, se observan llamativas coincidencias que algunos investigadores siguen estudiando.
Contamos con crímenes que no quedaron claros, pero que aparecen como el nudo de una compleja red de intereses, Viriato, el llamado terror de Roma, Hipatia, el brutal asesinato de una sabia en un mundo en el que el Cristianismo, se abre paso sobre las creencias del final del Imperio Romano.
Algunas veces, el crimen se investiga a posteriori, como ha ocurrido en el caso del General Prim, el primer jefe de Gobierno Español muerto en atentado, 144 años después de su muerte, se abrió una polémica cuando una serie de investigadores se emplearon haciéndole una autopsia revolucionaria al cadáver del General. ¿Cómo murió Prim? ¿Ha sido cierta la Versión Oficial contada hasta ahora?
Como crimen de consecuencias globales, planetarias, podemos decir, no hay duda de que el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría, es uno de los principales, si no el que más, su muerte y la de su esposa, a tiros, en las calles de Sarajevo en 1914, desencadenaron en pocas semanas el inicio de la Primera Guerra Mundial. Más de un siglo después, todavía quedan ciertas dudas en torno a cómo y quién preparo aquel Atentado Histórico.
Aterrador y misterioso fue el asesinato colectivo de la familia Romanov, de Nicolás II, el último zar de Rusia, y de todos los suyos. Su mujer, su heredero, sus cuatro hijas y algunos acompañantes. ¿Por qué permanecieron siete décadas enterrados en una fosa sin ser descubiertos?
Y la culminación de este fascinante volumen, es el magnicidio más enigmático de todos los tiempos, el que despierta más teorías, sospechas de conspiraciones y posibles culpables, el asesinato del Presidente de los EE.UU, John Fitzgerald Kennedy. ¿Quién disparó la bala que lo mato aquel viernes soleado en la ciudad de Dallas?
Todos estos crímenes son llamativos, conocidos y estudiados, pero además son Historia, con mayúsculas, y han determinado el devenir de los acontecimientos.
- Crímenes en la Prehistoria.
- El Primer crimen conocido.
- Hombre de Ötzi: el crimen llega a Europa.
- Crímenes en la antigüedad.
- ¿Quién mato a Ramsés III?
- Crímenes en Roma.
- Viriato. El terror de Roma.
- La muerte de Cesar: el magnicidio de la Historia.
- El envenenamiento de Claudio, el emperador.
- Un crimen científico.
- ¿Quién fue Hipatia y quien ordenó matarla?
- El Asesinato de un conquistador.
- La última expedición de Pizarro.
- Crímenes del siglo XIX.
- Así mataron a Abraham Lincoln.
- Lo que ha dicho la momia de Prim.
- Crímenes del siglo XX.
- El atentado de Sarajevo: los dos primeros disparos de la Gran Guerra.
- El misterio de los Romanov.
- El crimen más famoso.
- La Bala Mágica de Kennedy.
TOMO V. LA FASCINACION POR EL CRIMEN.
El crimen nos produce la lógica repulsión del acto en el que se quita la vida a un semejante, de manera violenta y despreciable. Sin embargo, justo es reconocer que existe, al menos desde el punto de vista estético, una fascinación por el mundo que rodea lo criminal. La ficción se ha hecho cargo de ello y quizá por eso en este trepidante volumen, aparecen varios ejemplos de artistas, cuyas muertes nunca han estado claras.
Y es que hasta en los textos sagrados, el crimen no tarda en aparecer. La historia de Caín matando a Abel es tan temprana en la Biblia que casi se diría que no se entiende ningún argumento sin que se pierda una vida de manera violenta.
¿Cómo interpretar que en el mito fundacional de la ciudad de Roma, la Eterna, ya se encuentre el crimen de Remo a manos de su hermano Rómulo?
¿Cómo murió el poeta Edgar Allan Poe? ¿Cómo es posible que alguien que fascinó usando lo sobrenatural y lo fantasmagórico en sus escritos acabara, igualmente, de modo tan misterioso?
¿Por qué mataron a John Lennon? ¿Qué extraña frontera separa el fanatismo de la agresión mortal?
¿Y qué hay respecto a la muerte de la actriz de Hollywood Natalie Wood? Después de tantos años, se reconoce que en su muerte hubo algo nunca aclarado y que es necesario seguir investigando.
El embrujo, el hecho de que resulte atrayente, es de por sí un objeto que merecería la pena ser estudiado. ¿Qué secreto esconden los museos del crimen? ¿Por qué el mundo del crimen resulta tan fascinante?
- Abel y Caín.
- Rómulo y Remo: los mitos también matan.
- Edgar Allan Poe, su relato final.
- John Lennon, el fin de un soñador.
- La misteriosa muerte de Natalie Wood.
- Otros famosos de Hollywood fallecidos en extrañas circunstancias.
- Museo de la Escuela Nacional de Policía de Ávila.
- Museo de la Tortura y las Ejecuciones.
TOMO VI. LAS ARMAS CONTRA EL CRIMEN.
Después de estudiar durante cinco emocionantes volúmenes los actos del crimen, después de haber conocido los actos de criminales famosos, en serie, terribles y que han protagonizado actos estremecedores, después de haber repasado como el crimen se ha extendido a lo largo de la Historia, desde los tiempos primeros, hasta hoy mismo y después de ver que en sus redes caen los más pobres pero también los más ricos y poderos, después de ver que incluso existe una fascinación por todo lo relacionado con el crimen, ¿que nos queda?
La pregunta surge ante la inmensidad del delito, ¿qué armas existen ante el crimen? ¿Es que no se puede luchar, combatir, apresar, ajusticiar y prevenir que se delinca?
Si, desde luego. Y si poderosas son las garras del crimen, no menos fuertes son las ansias de detenerlo, por eso, las Policías de todo el Mundo, se afanan en mejorar y poder atajar de raíz el mal. En este fascinante volumen vamos a conocer las armas contra el crimen y para ello nos recrearemos en la actuación primera, desde las acciones que realizan aquellos que llegan antes que nadie a la escena del crimen, hasta las posibilidades que da la ciencia moderna para ir recopilando pistas, evidencias, que conduzcan a la detención del criminal.
¿Qué se hace con la víctima? ¿Cuál es el trabajo de los forenses, como pueden hallar las causas de una muerte que permanecían ocultas, pueden datar huesos de los que apenas quedan trozos minúsculos o pueden recrear las condiciones en las que se ha producido un accidente de tráfico, tras el que todo parece desolación?
Sepamos qué tipo de pruebas se realizan, tanto in situ, en la escena del crimen, como en el laboratorio. ¿Qué clase de laboratorio es el de la policía especializada? ¿Que partes tiene? ¿Qué disciplinas concurren en él para trabajar en conjunto, dando jaque a los planes más aviesos de los criminales?
Armas, incendios, venenos, grandes siniestros, pero también existen otro tipo de delitos, como la falsificación de la moneda, de obras de arte o los relacionados con la informática. Los criminales no se detienen, pero tampoco la Policía, cada vez más dotada, más preparada y más interconectada.
Estas son las Potentes Armas contra el Crimen.
- La Escena del Crimen.
- La Víctima.
- Identificación Humana.
- Análisis de pruebas.
- Agentes Letales.
- Delitos sin Cadáver.
- Perfil Psicológico Criminal.
- Armas contra el Crimen Organizado.
- El Big Data contra el Crimen.
- ¿Por qué se comenten Crímenes?
